26 noviembre 2015

Borussia MG 4-2 Sevilla FC, Derrota sangrante


El Sevilla volvió a perder una vez más fuera de casa, además, lo hizo con una goleada sonrojante que deja al conjunto hispalense con muy pocas opciones de continuar compitiendo en la Europa League. Los sevillistas fueron un equipo sin alma ni garra que en ningún momento mostró ambición ni coraje.

Las claves del partido:
  • La pasividad de toda la zaga y el centro del campo a la hora de presionar en la frontal de su propia área, esto posibilitó que el Borussia disparara una y otra vez hasta que llegó el primer tanto, gracias como no, a un disparo desde las inmediaciones del área.
  • Dió la sensación de que el Sevilla no tenía un plan claro para el encuentro y que se basaba en que Konoplyanka o Banega estuvieran inspirados e hicieran alguna genialidad.
  • La nula capacidad de reacción de Unai Emery, tras el descanso, pese a ir perdiendo, no cambió un ápice la forma de jugar y por supuesto no realizó ningún cambio. Las sustituciones posteriores, se hicieron tarde y de forma equivocada. Los tres cambios, posición por posición. Visto lo visto, Emery jamás hará un cambio ofensivo...

El encuentro comenzó con el Sevilla presionando muy arriba y cerca del área rival aunque solo fue un espejismo. El Borussia golpeó primero, Raffael, a los dos minutos, disparó desde la frontal obligando a Sergio Rico a detener el balón en dos tiempos. El Sevilla no conseguía hacerse con la posesión ni con el dominio del partido, mientras, el conjunto alemán lo seguía intentando desde lejos, aprovechando la poca presión que los sevillistas ejercían una vez que llegaban a la frontal del área. Así, a los siete minutos, los alemanes ya habían disparado hasta en tres ocasiones.
Gameiro, en el 9´, hizo una jugada individual en el área rival y disparó a puerta desde una posición con escaso ángulo, el guardameta local cubrió bien su portería y mandó el balón a córner. Banega solo aparecía a ratos y las bandas no funcionaban. Aún así, el Sevilla tendría una clarísima ocasión para adelantarse en un contragolpe ejecutado por Gameiro, que cedió a Konoplyanka dentro del área, el ucraniano controló y disparó cerca del área pequeña, pero su golpeo salió demasiado centrado y Sommer desbarató la ocasión
El Borussia seguía intentándolo sin pensárselo dos veces al llegar a las inmediaciones del área sevillista, haciendo esforzarse a Sergio Rico, que tuvo que intervenir en los golpeos de Xhaka, Raffael y Stindl. Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe. En el 29´, Xhaka vuelve a disparar desde fuera del área, un tanto escorado, el balón se pasea por toda la defensa, totalmente estática, y aparece Stindl, solo y en posición dudosa, para empujar el esférico a la red y establecer el uno a cero. Una vez más, el Sevilla veía como su rival se adelantaba en la primera parte, haciendo muy cuesta arriba el encuentro
Los sevillistas apenas reaccionaron, en el minuto 40, Coke recortó dentro del área y chutó con la izquierda muy desviado. Los alemanes, siguieron a lo suyo disparando desde lejos. Así se llegó al descanso. Las estadísticas eran demoledoras al finalizar la primera parte, 18 remates por parte de los locales, tan sólo dos paradas de su portero frente a las siete de Sergio Rico.

A pesar del escaso juego desplegado por el Sevilla y el resultado desfavorable, Unai Emery decidió no hacer ninguna sustitución y continuar igual, pues tras la reanudación, el plan parecía seguir siendo el mismo, si es que se le podía llamar plan. Parecía muy dificil que los sevillistas tuvieran opciones de remontar ya que el centro del campo no funcionaba, Krohn Dehli y Banega aportaban más bien poco, Vitolo estaba pasando desapercibido, Gameiro y Krychowiak, como siempre, ponían ganas pero poco más y solo aparecía Konoplyanka de forma intermitente. En la reanudación, la segunda parte comenzó como terminó la primera, con un disparo lejano y potente de Wendt, que pasó muy cerca del poste derecho de Sergio Rico.
Dos minutos después replicó Banega con un disparo que detuvo Sommer sin demasiados problemas. En el 51´, el Sevilla lo intentó a balón parado, una falta botada por Banega la remató Krychowiak demasiado arriba tras una mala salida del guardameta local. En el 55´, Sergio Rico tuvo que emplearse a fondo para detener un obús de Xhaka
El Sevilla seguía sin reaccionar y el Borussia tenía el encuentro en donde quería. Los alemanes finalizaban todas sus jugadas de ataque, sin dejar posibilidad alguna para el contragolpe. En el minuto 62, Gameiro, cerca de la línea de gol, a punto estuvo de llegar a un buen balón servido por Konoplyanka. Ahí estuvo el empate. Pero el Sevilla no convencía, Gameiro tenía que caer a las bandas en exceso para recibir y sin otro delantero en el campo ni la presencia de Iborra, resultaba muy complicado finalizar las jugadas. En el 64´, Emery decidió sustituir a Krohn Dehli y dar entrada a N´Zonzi. Aunque el danés no estaba acertado, no estaba el partido para el francés. Podría haber dado entrada a Reyes, Immobile, Llorente, incluso Iborra... ¿pero N´Zonzi? No sería el único despropósito del técnico vasco como veremos más adelante. 
Dos minutos más tarde, Gameiro la volvió a tener tras un gran pase de Konoplyanka pero el francés, solo, disparó demasiado pronto con su pierna menos buena y cruzó demasiado el esférico. Un par de minutos después de esa clara ocasión, el Borussia si que no perdonó, Johnson recibió dentro del área, se colocó el balón para golpear con su pierna buena ante la pasividad de Kolo y clavó un balón con rosca junto al palo derecho de Sergio Rico, que poco pudo hacer por evitar el segundo tanto de la noche.
El Sevilla se había rendido, apenas tres minutos después, Raffael tuvo el tercero en sus botas plantándose delante de Sergio Rico pero el guardameta sevillista acertó a despejar con el pie el disparo del brasileño. En la parte ofensiva, solo lo intentaban Konoplyanka, sobre todo, y Gameiro. Krychowiak tiraba de orgullo y Banega se entretenía demasiado sin dar el ritmo que el Sevilla necesitaba. Parecía increíble que Emery no tirara de banquillo, de hecho, no lo hizo hasta el minuto 76, cuando retiró a Gameiro para que entrara Llorente. Posición por posición. Al Sevilla se le escapaba no solo la Champions, también la Europa League y al entrenador sevillista no se le podía ocurrir quitar a un central o a un hombre del centro del campo para meter toda su artillería y quemar los últimos cartuchos, pues no, no se le ocurrió. 
Un minuto después, llegó el tercero, esta vez Raffael no perdonó desde una posición similar a la de su anterior ocasión. Entonces, Emery agotó su último cambio, Mariano por Coke, como si influyera algo en el partido. 
En el 82´ llegó el tanto de Vitolo, precedido de un gran pase entre líneas de Llorente que el canario, completamente solo, envió a la red picando el balón ligeramente ante la salida de Sommer. Unai Emery hizo gestos de ánimo al equipo tras el gol, como si él no hubiera lanzado un mensaje poco ambicioso a su equipo minutos antes con sus sustituciones. El tanto fue tan solo un espejismo, en el 84´ Stindl hizo el cuarto con un derechazo raso que se coló junto al palo. Hoy no era el día, Banega centró y el balón acabó estrellándose en el poste. En el tiempo de descuento, Krychowiak, lo intentó por su cuenta a base de verguenza torera provocando el penalti cuando se disponía a encarar hacia la portería. Banega lo transformó y ya no hubo tiempo para más, permaneciendo el 4-2 como resultado definitivo.

No hemos llegado ni a diciembre y todo el sevillismo tiene la sensación de que se ha tirado por la borda toda la temporada. Eliminados de la Champions y con escasas opciones de seguir jugando en Europa. Para colmo, el rendimiento del equipo fuera de casa no parece indicar que el Sevilla reaccione pronto en la liga. Si a eso le sumamos un entrenador que se encuentra totalmente desorientado, que no acierta ni una por más que lo intente y que adolece totalmente de autocrítica, tenemos un panorama de lo más desalentador.
Una temporada que debería ser ilusionante y que hasta el momento no es más que una pesadilla. Está claro que se deben tomar medidas urgentemente y la primera acción a realizar debería ser la destitución del máximo responsable del juego y del rendimiento de su equipo, Unai Emery, sí, el mismo entrenador que nos dió dos títulos europeos y que demostró ser un gran técnico, pero el fútbol son resultados y el Sevilla ha realizado una gran inversión que no está dando sus frutos. El consejo de administración no debería esperar mucho más, con la dinámica del equipo, más pronto que tarde acabará sucediendo. Cuanto antes sea, más margen de maniobra podrán tener.

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